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El 21 de mayo, Huelga General en Euskal Herria
La mayoría sindical vasca representada por ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU ha decidido convocar una huelga general para el próximo día 21 de mayo en el conjunto de Hego Euskal Herria. Las organizaciones consideran que la situación de crisis exige una respuesta contundente por parte del mundo del trabajo, principal víctima de una situación social y económica que no ha provocado. La jornada debe traducirse asimismo en una amplia movilización de solidaridad con los trabajadores y trabajadoras que han perdido su empleo, o que nunca lo han tenido, con los trabajadores y trabajadoras que están viendo cómo las diversas patronales, con la ayuda inestimable de las administraciones, conculcan reiteradamente sus derechos y degradan las condiciones laborales y de acceso a un puesto de trabajo; una jornada de denuncia de un sistema económico y social que no tiene en cuenta a la clase trabajadora.
La sociedad en general está sufriendo las consecuencias de la crisis, por lo que entendemos que la respuesta a dar debe aglutinar a todos los sectores populares.
Hacer frente a la destrucción de empleo y el chantaje patronal
Las decisiones empresariales y administrativas en el contexto de la crisis están provocando una importante destrucción de puestos de trabajo. La mitad de las personas que han pasado a engrosar las listas del paro en el último año son eventuales a quienes no se les ha renovado el contrato. Más de un tercio lo han hecho por despido. Y 4 de cada 100 lo están haciendo por medio de un expediente de regulación. Esta situación se está dando incluso en empresas con beneficios.
Además, se está provocando intencionadamente un desequilibrio cada vez más agudizado en el modelo de relaciones laborales a favor de la patronal. Más allá de las dificultades objetivas, el empresariado está aprovechando la situación y ha decidido que la resultante de la crisis debe ser un ajuste estructural de las plantillas que asegure en el presente y en el futuro sus beneficios. Un ajuste que se traduzca en plantillas menores, más atomizadas y más vulnerables, incrementando para ello la temporalidad, la subcontratación y la participación de las empresas de trabajo temporal, así como un amplio abanico de medidas flexibilizadoras.
Al mismo tiempo, la patronal presiona políticamente para que se abarate el despido, se rebajen las cotizaciones sociales y se utilicen para subvencionar al empresariado o se impida la participación de la administración en la aprobación de los EREs.
Finalmente, el empresariado está tratando de utilizar el chantaje y la incertidumbre en la negociación de los convenios, culpando a los salarios de la crisis y pretendiendo hacer creer que el mantenimiento del empleo pasa inexorablemente por la moderación. Se trata de una amenaza inaceptable para amedrentar y disciplinar a la clase trabajadora, para reforzar su situación de privilegio e incrementar sus beneficios.
Impulsar el cambio de las políticas públicas
La huelga tiene también entre sus objetivos la denuncia de la actuación de los gobiernos e instituciones públicas. Las administraciones públicas de la CAPV y Nafarroa vienen desarrollando una política ultralberal claramente favorable a los intereses económicos y empresariales en perjuicio de las necesidades y prioridades de las clases más desfavorecidas (fiscalidad favorable a las rentas más altas, rebaja de impuestos, permisividad con el fraude fiscal... y disminución de los gastos sociales, renunciando al fortalecimiento de los servicios públicos). Hego Euskal Herria está a la cola de Europa en presión fiscal y gasto social y los gobiernos y diputaciones han cerrado además sus últimos ejercicios con superávit. Al mismo tiempo, miles de ciudadanas y ciudadanos y familias no tienen cubiertas necesidades básicas y ven incrementarse su endeudamiento. Asimismo, las políticas públicas que se están desarrollando tanto en el sector des transporte como en el sector primario, están contribuyendo a la disminución del número de personas que ejercen estas actividades, poniendo en serio peligro el mantenimiento de las mismas.
Desde el ámbito estatal, se ha desregularizado ampliamente el mercado laboral (precarizando los contratos, permitiendo la flexibilidad, abaratando el despido) y se han rebajado continuamente las cotizaciones y prestaciones sociales. La consecuencia es una desprotección y una vulnerabilidad enorme, tanto de las trabajadoras y trabajadores activos como de los parados, muchos de los cuales no tienen derecho ni a prestación ni a subsidio.
Cuando hablamos de crisis, es el modelo económico y social lo que ponemos en entredicho; el modelo económico imperante es el que nos ha traído a la actual situación. Quienes están gestionando esta crisis solicitando el apoyo y acuerdo del conjunto de la clase trabajadora, sólo buscan repetir y perpetuar el modelo, en ningún momento lo ponen en cuestión, no quieren crear alternativas al mismo, sino reproducirlo. Es por ello que el modelo es lo que debe cambiar para poder hacer frente a los verdaderos problemas sociales y económicos.
La falta de capacidad de decisión a la hora de abordar temáticas económicas y sociales es fundamental para que se mantenga el actual modelo y continúen prevaleciendo los intereses empresariales de unos pocos frente a los de la clase trabajadora. Es por ello que exigimos que las políticas económicas, sociales y laborales se decidan en Euskal Herria y estén al servicio de los intereses de la clase trabajadora.
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