La aplicación de «la bolsa» hasta en veinte ocasiones, amenazas, simulacros de violación, tocamientos, posturas forzadas, polvos blancos que adormecen... Son sólo algunas de las prácticas denunciadas por los últimos nueve arrestados. En estas páginas se recoge lo que ellos mismos, sin sobreponerse aún, han relatado sobre lo vivido en comisaría.
Sandra BARRENETXEA
Detenida en Bilbo
«Me arrancaron los pantalones mientras me forzaban para que abriera las piernas»
El acoso sexual ha vuelto a ser empleado en este operativo policial, especialmente contra las mujeres. Barrenetxea fue despojada de su ropa en el mismo trayecto a Madrid, siendo trasladada desnuda de cintura para arriba y entre insultos, golpes y tocamientos en los pechos. Un guardia civil llegó a arrancarle los pantalones mientras que la forzaba para que abriese las piernas y otro no dejaba de golpearle en la cabeza. La vecina de Bilbo denuncia que fue obligada a permanecer todos los interrogatorios en bragas y amenazada con ser violada en más de una ocasión. En uno de los interrogatorios indica que «me sentaron en una mesa y me obligaron a apoyar la parte superior del cuerpo contra el mueble, mientras que me envolvían la parte trasera con una cuerda y me echaban agua fría a la entrepierna. En esta postura no dejaban de amagar con violarme».
Ugaitz ELIZARAN
Detenido en Donostia
«Me enseñaron un fotomontaje en el que mi compañera se encontraba arrestada»
Elizaran asegura que han sido más de una veintena las sesiones de “la bolsa” que ha tenido que padecer, en las que no puede ni cuantificar las veces que se cayó al suelo por la falta de oxígeno. Denuncia que los agentes apretaron con fuerza la bolsa y que incluso en una ocasión le colocaron una toalla alrededor para multiplicar la sensación de ahogo. El vecino de Intxaurrondo ha relatado que mientras le practicaban “la bolsa” le ataron las manos hacia atrás, envolviendo su cuerpo con goma espuma, mientras varios guardias civiles se le sentaban encima; refiere que llegó a perder en un momento hasta la vista. Los golpes y la obligatoriedad de hacer ejercicios físicos no ha cesado ni mientras le aplicaban “la bolsa”. Las amenazas contra sus allegados han sido una constante y le han hecho creer que su compañera estaba también detenida, mostrándole incluso un fotomontaje con este fin.
Rosa IRIARTE
Detenida en Iruñea
«Me hicieron tocar un polvo blanco que adormecía, se me durmió hasta la boca»
Iriarte relata que en uno de los interrogatorios fue obligada a colocar las dos manos contra la pared en la que podía notar cómo se desprendía una especie de polvo blanco con el que se le adormecían las manos. Instantes después, los agentes le echaron el mismo polvo sobre las piernas, ante lo que la joven navarra notó un gran peso en sus pantalones. La Guardia Civil le ofreció un baso de agua, pero al beber ingirió también restos del polvo por lo que la boca también se le durmió. Iriarte detalló a sus letrados que fue obligada a escuchar cómo los agentes torturaban a sus compañeros y que durante los cuatro días fue víctima de simulaciones de descargas.
Eneko COMPAINS
Detenido en Cariñena
«El viaje a Madrid fue muy duro, me hicieron ‘la bolsa’ hasta dejarme sin respiración»
El joven iruindarra explica que comenzaron a aplicarle “la bolsa” nada más iniciar el viaje hacia Madrid y lo hicieron, además, hasta dejarlo sin respiración. Apunta que el trato sicológico recibido durante los cuatro días ha sido «muy duro», que las amenazas a sus familiares fueron una constante e incluso señala haber sufrido un amago de violación con un palo. Tras dar cuenta al médico forense de las torturas que estaba sufriendo, le solicitó que se le fuera aplicado el habeas corpus, pero la Audiencia Nacional negó este requerimiento alegando que no existían elementos suficientes para pensar que estaba sufriendo malos tratos. En su testimonio destaca que cuando se negó a hacer la declaración policial la actitud hacia él se «relajó».
Aniaiz ARIZNABARRETA
Detenida en Noja
«Me han desnudado en los interrogatorios y he sufrido tocamientos en los pechos y en la vagina»
Las torturas contra la joven eibartarra también comienzan en el trayecto a Madrid, mientras era trasladada desnuda de cintura para arriba y sufriendo tocamientos en los pechos e insultos de carácter sexista. Prácticas de tortura que se repetirán durante los cinco días posteriores al mantenerla desnuda en todos los interrogatorios. Ha denunciado tocamientos tanto en los pechos como en la vagina. El testimonio de Ariznabarreta recoge también cómo fue envuelta en una manta y, posteriormente, en goma espuma, y que de este modo la mantuvieron sentada con un guardia civil encima mientras que otros cinco agentes no dejaban de gritar, insultar y amenazarla. Asegura que las sesiones de tortura comenza- ron el primer día y que han sido constantes, y especialmente duras en las últimas sesiones.
Egoitz GARMENDIA
Detenido en Gasteiz
«Tres guardias civiles han estado saltando sobre mí mientras estaba envuelto en goma espuma»
El vecino de Otxandio llegó a perder el conocimiento en infinidad de ocasiones debido al dolor y la asfixia. Además de la aplicación de “la bolsa”, que incluso han llegado a colocársela tras sellarle la boca con precinto o arronjándole agua a la cara nada más retirársela, Garmendia ha denunciado duros apaleamientos por parte de los agentes del instituto armado. Relata que en numerosas ocasiones ha sido envuelto y amarrado en una manta, y envuelto de nuevo en un colchón de goma espuma, sobre el que se le han echado hasta tres guardias civiles. «Uno saltaba sobre mis testículos, otro sobre la cabeza y otro en los pies», relata. El vecino de Otxandio ha denunciado constantes golpes en los testículos y haber sufrido amagos de violación con un palo. Tras uno de los interrogatorios y al ser trasladado a la celda, lo empaparon de agua, obligándolo a permanecer desnudo y envuelto en una manta.
Erika BILBAO
Detenida en Erandio
«Me han gritado en infinidad de ocasiones y los ruidos no han cesado en los cinco días»
Del testimonio de la leioarra se desprenden constantes amenazas, golpes y la obligatoriedad a permanecer durante horas en posturas forzadas. Bilbao ha referido un trato sicológico muy duro, en el que no han faltado amenazas contra sus seres queridos. Al igual que el resto de los arrestados, la joven no ha podido descansar en ningún momento debido a los constantes ruidos y gritos.
Joxe ALDASORO
«He permanecido muchas horas en una habitación oscura y al salir siempre me colocaban un antifaz»
El vecino de Etxarri-Aranatz explica cómo fue obligado a permanecer en una habitación oscura durante un largo periodo de tiempo y que cada vez que lo sacaban de allí le colocaba un antifaz paraque no pudiera ver nada. El trato sicológico referido también ha sido «muy duro», con amenazas a allegados y coacción para permanecer en posturas forzadas.
Urko AIERBE
Detenido en Donostia
«Debido a los golpes recibidos cojeo de una pierna »
El paso por los calabozos de la Guardia Civil le ha dejado una lesión en una pierna que le impide andar sin cojear. Su relato indica que los primeros interrogatorios fueron los más duros, donde le colocaron “la bolsa” en dos ocasiones, le obligaron a estar en posturas muy incómodas y le propinaron golpes de forma continua.
«Arrestos así serán cosa del pasado»
«Estoy seguro de que pronto las detenciones de este tipo serán cosa del pasado, porque Euskal Herria va a recorrer el camino hacia la paz mediante el diálogo y la negociación política». Éstas fueron las palabras de Eneko Compains ante el juez que, desatendiendo las torturas referidas, decretó su ingreso en prisión.
El titular del Juzgado Instrucción número 3 de la Audiencia Nacional española, Fernando Grande-Marlaska, escuchó durante el viernes y el sábado nueve relatos de tortura. Todos y cada uno de los militantes independentistas arrestados en el operativo contra la izquierda abertzale manifestaron haber sido objeto de malos tratos por parte de la Guardia Civil. Los nueve coincidieron en que se les ha aplicado «la bolsa» hasta la asfixia -algunos han denunciado que se les aplicó hasta en veinte ocasiones-. Las amenazas con familiares, los amagos de violación y la simulación de electrodos también han sido una constante.
Con estos nueve casos, ascienden a 21 los ciudadanos vascos que en lo que va de año han relatado a este mismo juez haber padecido malos tratos en los operativos policiales ordenados por él.
Sospecha del letrado de oficio
El abogado de oficio asignado a Egoitz Garmendia, que también fue el de Aierbe e Iriarte, mostró ante el juez Fernando Grande-Marlaska sus sospechas en torno a la forma en la que se hizo la declaración policial. El abogado detalló que cuando acudió a la declaración policial le obligaron a colocarse detrás de Garmendia por lo que, según censuró, el joven ni siquiera pudo ver si estaba asistido por un letrado; hecho que corroboró el vecino de Otxandio, apuntando que sólo pudo ver sus zapatos. El abogado denunció además que las respuestas lanzadas por el joven eran «poco reflexionadas y autómaticas», lo que le hizo pensar que podían estar acordadas de antemano y estudiadas por el joven. Esta sospecha se incrementó además tras ser testigo de las declaraciones policiales de Iriarte y Aierbe, ya que la terminología empleada por los tres era muy similar. Asimismo, el abogado denunció que no ha tenido opción de estar con sus clientes y que no ha podido ver los informes policiales, por lo que censuró que el derecho a la defensa de estos jóvenes ha sido vulnerado. Marlaska no toma en consideración esta alegación en el auto.
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