martes, 19 de octubre de 2010

Los capitalistas “celebran” el rescate de 33 mineros cuyas vidas les resultan irrelevantes

J.M. Álvarez


Sebastian Piñera, el reaccionario presidente ultraliberal chileno, llegó cuando se iban a iniciar las maniobras de rescate de los mineros atrapados. Lo hizo para comandar la última parte de las tareas de socorro. Pero él no bajó a la mina, podría mancharse de polvo. Ha estado presente para elevar su popularidad a costa del sufrimiento de cientos de personas.

“Hoy siento una profunda emoción, que es la misma que sienten todos los chilenos, y también siento una tremenda alegría, porque los chilenos dijimos que no nos rendiríamos, y cumplimos que no dejaríamos de buscarlos y los encontramos. Hay que sacar lecciones de esto”, dijo Piñera.

Si sus declaraciones fueran sinceras, mañana mismo firmaría el Convenio Internacional de la OIT sobre Seguridad y Salud en las minas que el Gobierno de “Chi-chi-chi- Le-le-le”, se niega a rubricar desde hace años. También debería abandonar la política neoliberal responsable directa de las condiciones de trabajo de los mineros, y de que la empresa (hoy en quiebra) ni siquiera pagara la Seguridad Social.

Con razón un familiar de los rescatados preguntaba qué pintaban allí el presidente y su hermano. “Creerán que esto es un circo”, dijo. Y eso ha sido: un circo montado por la burguesía internacional- apoyada en sus medios- a la que le importa tres pepinos la vida, no de 33 mineros, sino de millones de trabajadores en todo el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario