Iñaki VIGOR | Gara
Visiblemente nervioso todavía al revivir su secuestro y tortura, Alain Berastegi relató en un céntrico hotel de la capital navarra las agresiones físicas y las amenazas que sufrió el día 17 en una zona montañosa próxima a Irunberri por parte de un grupo de hombres «armados hasta los dientes y encapuchados».
En su comparecencia ante un escaso número de medios de comunicación, este joven de Arbizu estuvo acompañado de la abogada Amaia Izko, que es quien ha interpuesto la denuncia judicial; Fran Balda, alcalde en funciones de Arbizu; Marisa López de Samaniego, cuñada de Jon Anza; Josu Jiménez, en representación del movimiento pro amnistía, y Xanti Kiroga, de la izquierda abertzale.
Primero en euskara y después en castellano, Berastegi aportó numerosos datos de su secuestro y torturas en la tarde-noche del viernes de la semana pasada, la mayoría de los cuales ya aparecían recogidos en la edición de GARA de ayer.
«En cuanto me bajé del coche en el que me llevaron por una pista, me dijeron que me tirase al suelo, me vinieron encima, me maniataron y me sacaron todo lo que tenía en los bolsillos: la cartera, el móvil, las gafas que tenía puestas, un metro y una carpeta para coger apuntes. Ahí empezó el infierno de siete horas que tuve que pasar».
Además de golpes, intentos de asfixia y amenazas para que colaborase con ellos, también sufrió humillaciones e insultos: «Me dijeron frases como que ellos eran dios para mí y que yo era una mierda y no iba a existir más. Visto el panorama que había allí, uno se puede imaginar cómo me podía sentir».
Recordó que, durante las siete horas aproximadamente en que estuvo secuestrado, en un momento dado le mostraron un maletín lleno de dinero. «Me dijeron que colaborase con ellos, que lo primero era mi seguridad, que me iban a dar todo lo que quería y que mi vida iba a ser muy diferente si les decía que no o si les denunciaba. Me repitieron que si les denunciaba iban a arruinarme la vida a mí y a mi familia, que me iban a meter a la cárcel de por vida y que tenía que colaborar sí o sí. Aunque se me hacía duro en el momento, yo les dije que no», explicó.
Otra cita en Valtierra
Si bien no pudo concretar la hora con exactitud, este joven calculó que le dejaron en libertad sobre las dos de la madrugada, casi siete horas después de que le hubieran trasladado al monte, «junto a unas bordas», con la excusa de que le iban a encargar la reparación de una de ellas.
Antes de que el grupo de hombres armados y encapuchados se fuesen, le hicieron otra cita para el día 22, el pasado miércoles, en Valtierra: «Me dijeron que era para hablar otra vez con ellos y colaborar. No sabían en qué ámbito, pero colaborar. Por supuesto, no aparecí a la cita».
Un día más tarde recibió en su teléfono móvil alguna llamada, a la que no respondió, y también le escribieron algún mensaje reiterando que colaborase con ellos. «Yo les respondo con la denuncia que he interpuesto y denunciando esto en público. Lo denuncio -explicó- por todo lo que me han hecho y para que no tenga que vivir esta situación ningún ciudadano vasco ni ningún ciudadano del mundo».
Preguntado sobre los motivos por los que cree que fue secuestrado y torturado, este ex preso político respondió: «Supongo que es porque yo me muevo en un entorno abertzale y tengo ideas de izquierdas».
A continuación, Josu Jiménez hizo una valoración política de estos hechos y los enmarcó dentro del «nuevo terrorismo de Estado» que el movimiento pro amnistía viene denunciando desde hace meses, y que se incluye, como resaltó, en la «estrategia represiva» de los gobiernos de Madrid y París contra el movimiento independentista vasco.
En esa estrategia incluyó la política penitenciaria y la dispersión de los presos políticos a cientos de kilómetros de sus casas; la aplicación de «la tortura y los malos tratos» a los detenidos; las leyes de excepción que ilegalizan formaciones políticas; el apartheid en las instituciones; la «persecución de la juventud y de todas aquellas personas que optan por el proyecto independentista»; la persecución «obsesiva» de las fotos de los represaliados, y la prohibición de actos en su memoria y en favor de sus derechos.
«Esto último lo hacen -aseguró- porque sus rostros dejan en evidencia la existencia de un conflicto político sin resolver en la Europa del siglo XXI».
El recuerdo de Jon Anza
Josu Jiménez recordó otros casos similares a los relatados por Alain Berastegi, como los de Juan Mari Mujika o Lander Fernández. «En estos casos hemos podido escuchar sus testimonios. Si conocemos lo que han hecho con ellos, no nos queremos ni imaginar lo que le haya podido ocurrir a Jon Anza», remarcó en nombre del movimiento pro amnistía.
Salvo Apurtu Telebista, ninguna otra televisión, ni pública ni privada, cubrió la rueda de prensa ofrecida ayer por Alain Berastegi en un céntrico hotel de la capital navarra. Además, salvo la izquierda abertzale, los partidos políticos no se posicionarón ayer sobre estos hechos, a pesar de la gravedad de los mismos.
En nombre del movimiento pro amnistía, Josu Jiménez hizo una interpelación directa a los partidos políticos y a los medios de comunicación. «Vemos con preocupación que la mayoría de ellos mantienen un silencio absoluto en torno a lo que está ocurriendo y les exigimos que reaccionen. ¿Qué es lo que tiene que ocurrir para que oigamos de sus bocas la denuncia de la guerra sucia?», se preguntó.
El movimiento pro amnistía ha convocado concentraciones para los próximos días 30 y 31 de este mes ante las delegaciones del Gobierno español en las cuatro capitales de Hego Euskal Herria. El día 30 tendrán lugar en Donostia, Bilbo y Gasteiz, a las 19.00, 19.30 y 20.00, respectivamente, y el día 31 se realizará en Iruñea a las 19.00.
«Pedimos a la sociedad una respuesta firme y contundente, y animamos a quienes sean potenciales víctimas de este tipo de actos de guerra sucia a que los denuncien si los sufren -comentó Josu Jiménez durante la rueda de prensa-. Hay que romper el silencio y salir a la calle».
Tras el relato de Alain Berastegi intervino Josu Jiménez, en nombre del movimiento pro amnistía, para hacer una valoración de «este nuevo episodio de guerra sucia» y realizar un emplazamiento a los máximos responsables policiales del Gobierno español en Nafarroa y del Gobierno de Lakua en torno a estos hechos.
«Alain Berastegi denuncia que sus captores parecían ser policías. Nosotros nos queremos dirigir directamente a la delegada del Gobierno español en Nafarroa, Elma Sáiz, y a Rodolfo Ares, consejero de Interior de la CAV, quienes en tantas ocasiones nos han hablado de deslegitimar la violencia y a los violentos. Queremos preguntarles cuál es la responsabilidad de los cuerpos policiales españoles en esta operación de secuestro. ¿Quiénes han sido y quiénes han dado las órdenes para que se ejecutara esta operación?».
Frente a quienes argumentan que no hay pruebas de que detrás de estos hechos esté el Estado «o sus cloacas», recordó que, en los tiempos de los GAL y demás grupos parapoliciales, los dirigentes del PSOE, «entre los que se encontraba el actual ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba», condenaban las acciones de los GAL y «siempre negaron que las fuerzas de seguridad o el propio Gobierno estuviesen detrás de los asesinatos y de los secuestros».
«Hoy sabemos que el Gobierno socialista de entonces estaba metido hasta las orejas en una estrategia de terrorismo de Estado, y sospechamos que a día de hoy ocurre algo similar», agregó el representante del colectivo antirrepresivo.
En esta línea, afirmó que «la impunidad que el Estado heredó de su anterior experiencia con la guerra sucia ha llevado al PSOE a poner en marcha una nueva dinámica que pretende presionar y aniquilar políticamente a la izquierda abertzale». Tras subrayar que «las agresiones fascistas se han multiplicado», afirmó que «la obsesión represiva de Rubalcaba y Zapatero no tiene límites» y que «este nuevo terrorismo de Estado se incluye dentro de la estrategia represiva diseñada por los gobiernos español y francés».
«Estamos hablando de la guerra sucia del siglo XXI con un nuevo gobierno socialista dirigido por Zapatero y Rubalcaba», resumió.
No hay comentarios:
Publicar un comentario