Declaración de la Unión de Revolucionarios Comunistas (MLM) de Chile, leído en Nueva Democracia.
Diversas y crecientes movilizaciones vienen desarrollando comunidades mapuche por la recuperación de los territorios usurpados. Esta lucha reivindica no sólo la tierra usurpada por terratenientes, gran burguesía y el imperialismo, sino también autonomía y autodeterminación.
El pueblo mapuche ha debido soportar históricamente la conquista colonial, atropellos, robos, saqueo y represión. La usurpación de sus territorios se perpetró de diversas formas, principalmente mediante devastadoras campañas militares desarrolladas por el Ejército en el siglo XIX, las que incluían razias y genocidios.
A esta violencia reaccionaria encabezada por el Ejército de Chile -brazo armado para constituir la gran propiedad de los terratenientes durante el siglo XIX- le siguió inmediatamente la implantación de una burocracia estatal al servicio de los latifundistas.
En el presente las Fuerzas Armadas y de orden siguen defendiendo los intereses de los grandes propietarios de la tierra, pero también defienden los intereses de la gran burguesía y del imperialismo (principalmente yanqui), pues son mandadas por éste.
Pero más aún ahora, a diferencia del pasado, junto a las FFAA y de orden se ha sumado una recua de agentes estatales y paraestatales compuesta por tribunales, yanakonas, revisionistas, parlamentarios, alcaldes, concejales, ONGs, CONADI, comisionados, SEREMIS, académicos y partidos burgueses que protegen fielmente los intereses de los viejos y nuevos usurpadores. En su vano intento por aplastar la creciente lucha del pueblo mapuche el presente año un grupo de estos funcionarios policiales y civiles del viejo Estado burgués-terrateniente se han capacitado en EE.UU., recibiendo instrucción en estrategias de represión.
Frente al ilegítimo e injusto despojo, las comunidades de las zonas lafkenche, pewenche y wenteche vienen desarrollando acciones de recuperación de tierras. La magnitud de las acciones ha sido tal que en la prensa burguesa el cerco comunicacional ya no pudo sostenerse y hoy podemos leer que se multiplican las tomas de tierra en las comunas de Collipulli, Teodoro Schmidt, Cunco y Ercilla, todas de la IX Región.
Los caminos que provee la legalidad burguesa una vez más mostraron estar al servicio de los latifundistas. Frente a las demandas de los comuneros las autoridades del gobierno regional se muestran deliberadamente ineptas y se limitan a organizar comisionados especiales que ‘trabajan’ por la dilación del problema y no por su solución. A principios de julio un grupo de werken mapuche (dirigentes) viajó a Santiago para presentar una serie de reclamaciones y demandas de forma directa a Bachelet, a las cuales la pelele proyanqui dio un rotundo rechazo. Esta situación desencadenó nuevas acciones dirigidas a recuperar el territorio y actualmente comunidades mapuche de Arauco, VIII Región, han comenzado también a movilizarse.
Se han plegado a la lucha los estudiantes secundarios mapuche para protestar contra la militarización de la zona, contra la represión sufrida por sus padres y por la libertad de los presos políticos mapuche. Se tomaron el Liceo Alonso de Ercilla y resistieron al desalojo de Fuerzas Especiales. 16 jóvenes fueron apresados, sus padres denuncian que mientras estaban detenidos Carabineros los sometió a vejámenes, las niñas fueron manoseadas por funcionarios policiales. También se les tomaron las huellas dactilares y plantares, y se le aplicaron parches para obtener ADN en la espalda.
Días más tarde en la toma del fundo San Sebastián un comunero fue asesinado a quemarropa por un funcionario de Carabineros. El gobierno alude “legitima defensa”, defensa de sus intereses de clase.
El gobierno intenta deslegitimar la lucha señalando que son apenas dos comunidades la que están actuando al margen de la ley burguesa. Afirman que es una cuestión criminal y no política, por lo tanto debe resolverse por vía policial y judicial. Nada puede esperarse del Estado burgués-terrateniente y sus instituciones, ni un debido proceso ni menos aún justicia.
Además de criminalizar la rebelión mapuche, hace algunos años han venido militarizando la zona con la presencia permanente de un fuerte contingente de Fuerzas Especiales de Carabineros, que actúan al servicio de latifundistas como fuerza militar de ocupación.
La UDI y RN a través de sus candidatos (incluido Piñera) y parlamentarios han exigido la aplicación del principio de autoridad y que se aplique el estado de derecho. A esto se suman las amenazas de escuadrones de la muerte. Toda la prensa reaccionaria ha tratado de presentar a los latifundistas como las víctimas de acciones delictuales. Exigiendo la aplicación de mano firme por parte del gobierno, la UDI y RN, representantes de la burguesía compradora y de los terratenientes vienen clamando por sangre mapuche.
Las ONGs (como el llamado Observatorio Ciudadano) ligadas a capitales imperialistas europeos, han llamado a que los mapuche no empleen la legítima violencia revolucionaria, tratando de desviar la lucha en ilusiones electorales y proyectos de autogestión económica.
Los representantes del social-fascismo (revisionistas y reformistas) y de la burguesía burocrática prometen “más Estado”, esto en realidad significa salvar y defender al viejo Estado burgués-terrateniente. Enríquez-Ominami, Frei, Zaldivar, Arrate, Navarro, Artés, todos candidatos en campaña, lo único que les quedaría por hacer si llegasen al gobierno sería corporativizar el movimiento mapuche para ponerlo a la cola del viejo Estado. En realidad el nuevo trato que promueven significaría inevitablemente más represión para el pueblo mapuche.
Lo que necesitan los pobres del campo y la ciudad, lo que necesita el pueblo mapuche, es la demolición del viejo Estado, su destrucción mediante el empleo de la violencia revolucionaria. Solo esto permitirá abrir paso a una República Popular y Democrática en la cual, una vez eliminados sus principales enemigos, sean las masas las que decidan su futuro. Las masas mapuche -con muchos de sus hijos proletarizados y convertidos en temporeros agrícolas, hoy oprimidas por la burguesía monopólica chilena e imperialista, expoliadas y usurpadas por los terratenientes y sometidas a un régimen de semifeudalidad- sólo tienen un camino: la guerra popular. El otro camino, el de los candidatos, las elecciones y el viejo estado sólo ofrecen evolucionar la semifeudalidad y desenvolver el capitalismo burocrático en crisis.
La opresión del pueblo chileno y del pueblo mapuche son producto del mismo desarrollo histórico. Los intereses de las masas campesinas mapuche no son antagónicas con los de los restantes pobres del campo y la ciudad. Nuestros enemigos son los mismos: el imperialismo, principalmente estadounidense, los grandes burgueses y terratenientes. Contra estos enemigos es que debe desarrollarse la guerra popular por la Revolución de Nueva Democracia en perspectiva de la sociedad sin clases.
Por todo esto llamamos al proletariado y campesinado mapuche de avanzada a trabajar por la constitución del Partido Comunista. Sólo con un verdadero Partido Comunista que agrupe a los más decididos luchadores, podremos asegurar la dirección de las masas populares en nuestra lucha de liberación contra el imperialismo y todos sus lacayos. Sólo con el comunismo, la sociedad sin clases, sin ricos ni pobres, sin explotadores, sin usurpadores podrá alcanzarse la armonía para todos los que vivimos bajo el mismo cielo.
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