En la India, el segundo país más poblado del mundo con 1.200 millones de habitantes y con una de las grandes economías capitalistas que hoy llaman “emergentes”, avanza un proceso revolucionario de obreros y campesinos dirigido por el Partido Comunista de la India (Maoísta). Proceso revolucionario del que apenas llegan noticias a la prensa burguesa, cuestión por la cual nace este blog para dar a conocer este proceso y lograr el apoyo y simpatía de los sectores populares y oprimidos del resto del mundo.
Este proceso se inicio en 1967, en la localidad de Naxalbari (Bengala Occidental), cuando miles de campesinos pobres sin tierra y obreros armados con lanzas y precarios fusiles declararon la guerra al Viejo Estado Indio, a la clase terrateniente, a la burguesía india y a su amo imperialista. Un nuevo movimiento, hoy conocido como naxalita, nacía y este supuso la ruptura con el reformismo en el movimiento comunista indio. Los naxalitas acusaron al PCI (marxista) de traicionar la revolución y se sumaron a la importante movilización campesina que se había iniciado en Naxalbari, cuando el 25 de mayo de 1967, los campesinos resistieron una orden judicial que les sacaba de sus tierras y fueron atacados por sicarios a sueldo de los terratenientes.
La reacción campesina no fue sólo una respuesta a la explotación feudal a que les sometían los terratenientes, sino también a la complicidad que el gobierno –del que formaba parte el viejo Partido Comunista de India y que era apoyado “desde fuera” por el PCI (marxista)- mantenía con los terratenientes.La presencia de los maoístas dio al movimiento una nueva perspectiva. En 25 aldeas de la zona los maoístas izaron su bandera, demostrando su fuerza y proclamando “una zona liberada”. Como consecuencia, la rebelión se generalizó: durante 72 días hubo toma de tierras, quema de registros del catastro de la propiedad, derogación de las deudas hipotecarias de los campesinos y ejecución de los más significados opresores y usureros. El gobierno, que en un primer momento se limitó a reclamar a los sublevados que cesasen su actitud, al ver que la rebelión se extendía aplicó una durísima represión, con la connivencia de los partidos “comunistas” que le apoyaban desde dentro o fuera del mismo: más de10.000 muertos y la casi total desaparición de los cuadros maoístas que la habían impulsado.
El gobierno indio desato una enorme represión que aunque debilito mucho el movimiento naxalita-maoísta no logro aniquilarle y que los naxalitas siguiesen activos y se extendiesen por toda la India, como una mancha de aceite, extendiendo la semilla de la rebelión.
Hoy, el avance de la Revolución en la India se materializa en la Guerra Popular que contra el poder reaccionario del Estado indio, ha empezado a construir un nuevo poder democrático popular en zonas como Jharkhand y Dandkaranya que comprenden distritos predominantemente tribales de varios estados del país. Desde mediados del año pasado, una rebelión armada de masas explotó en Lalgarh habitada sobre todo por el pueblo Adivasi, y situada en un estado gobernado por un partido que se llama así mismo “comunista – marxista”, pero que en realidad es un partido reaccionario, reformista, enemigo del pueblo, verdugo de los explotados y cómplice de las clases dominantes indias.
“En el sector rural de la región central de India, monumentos rojos coronados con símbolos de la hoz y el martillo anuncian que se trata de territorio maoísta. Y en estos días, nadie puede olvidarlo".
Los éxitos revolucionarios en el campo son incuestionables: ni la policía ni los funcionarios estatales se atreven a entrar en Bastar, una extensa zona del estado de Chhattisgarh de unos 100.000 kilómetros cuadrados.
Los naxalitas han dado el paso de la guerra de guerrillas a la de movimientos, con una mayor acumulación de fuerzas y siguiendo el esquema clásico maoísta de “diez contra uno, uno contra diez”, es decir, obligar a las fuerzas estatales, bien sea el Ejército o la Policía, a asumir una posición defensiva táctica –que es fácilmente atacable en base a la superioridad de fuerzas- para, debido a estos golpes militares, obligarles posteriormente a asumir una posición defensiva estratégica, o sea, la inmovilidad y la concentración de fuerzas en un solo punto para defender una ciudad o un territorio. Se puede afirmar que la guerrilla naxalita actúa en brigadas de hasta 300 combatientes. Si hay que hacer caso a la prensa india, los ataques contra estaciones de policía, locales de los paramilitares, empresas mineras, ferrocarriles, estaciones de telecomunicaciones, construcciones eléctricas e, incluso, asaltos a cárceles –en el mes de diciembre de 2007 atacaron la cárcel de Raipur, la capital de Chhattisgarth, logrando que pudieran fugarse 299 presos, 100 de ellos guerrilleros- se producen por fuerzas de entre 40 y 150 combatientes aunque en ocasiones llegan a los 400. El 6 de abril de este mes en un golpe contundente 76 policías murieron cuando unos 700 guerrilleros maoístas emboscaron en el Estado de Chattisgarh a un contingente de 120 miembros de la Fuerza Central de Reserva de Policía (CRPF). No obstante, eso no quiere decir que los naxalitas mantengan grandes formaciones guerrilleras con carácter permanente, sino que se constituyen en función de la estrategia.
En junio de 2005 el Viejo Estado Indio y el imperialismo (con sus sirvientes asesinos de la CIA) financiaron la creación del grupo paramilitar Salwa Judum (que significa en idioma hindú “campaña por la paz”). Las autoridades de Chhattisgarh presentan a este movimiento como una "reacción espontánea" de aldeanos cansados de tener que alimentar a los rebeldes, y decididos a echarlos de su territorio. La realidad es que Salwa Judum se ha convertido en un instrumento de terror del Estado, asesinan a civiles sospechosos de ser simpatizantes del PCI(M) y desde luego a militantes. Como vieja estrategia genocida empleada por la reacción, obligan a la población campesina a apoyar la contrarrevolución y a delatar a los militantes comunistas, donde el control de los revolucionarios es menor. Forman rondas campesinas al mismo estilo de la invasión al Vietnam, donde la población por miedo a los paramilitares se unen a las rondas y terminan siendo carne de cañón.
El gobierno ha calificado a los maoístas como su peor problema de seguridad interna a nivel nacional y a emprendido la Operación Green Hunt "Operación de Cacería Verde", que no es sólo una declaración de guerra contra los maoístas, sino que es la guerra de las clases dominantes contra las clases populares. El Gobierno indio ha desplegado cien mil tropas para aplastar le rebelión de los maoístas de la India. La operación " Operación de Cacería Verde " en curso en la selva en la India, que es patrocinado y apoyado militartarmente por Estados Unidos, ha estado tropezando con la resistencia heroica de los pueblos tribales y los campesinos en la India y la movilización internacional de los demócratas contra las atrocidades de la policía.
El avance de la Revolución en la India es una demostración práctica de que la revolución es posible, de que si se sigue una línea política justa y se consigue movilizar a las masas es posible triunfar.
¡Hoy más que nunca es necesario el apoyo militante del movimiento comunista, del proletariado internacional y de los pueblos del mundo a esta Revolución!
¡Apoyemos la Guerra Popular en la India, que es una esperanza para todos los oprimidos y pueblos del mundo!
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